La
propiedad más importante es la de purificar el aire que respiramos,
ya que la sal, por ser higroscópica, absorbe la humedad del
ambiente, la seca con el calor de la lámpara y la transforma en aire
salino ionizado. Así, previene y mejora problemas de alergia,
bronquitis, asma, insomnio, estrés.
Las lámparas de sal
eliminan gérmenes, bacterias y neutralizan los iones positivos que
emiten las computadoras, tv, celulares, microondas, etc.
Su
color se debe a que son extraídas de cuevas de montaña, conservando
la pigmentación y todas las propiedades de los diferentes minerales
(como el hierro), lo que las convierte en grandes transmutadores de energía,
logrando que nos armonice y equilibre nuestro interior. Difuminan
una luz cálida, que armoniza el ambiente y relaja nuestro cuerpo y
mente, de allí que son muy beneficiosas para prevenir el estrés y el
cansancio.
Pueden perfumarse con esencias naturales que, con el calor de la
luz, emanan sus aromas por todo el ambiente.
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